Cala Canyet, ubicada entre Sant Feliu de Guíxols y Tossa de Mar, es una joya de la Costa Brava que ofrece una mezcla de arena gruesa y piedras en un entorno rodeado por la urbanización Rosamar. Este pequeño paraíso cuenta con un muelle y una interesante zona de arrecifes, convirtiéndola en un destino ideal para los amantes del buceo y el snorkel. La cala tiene un servicio de bar para refrescarse y relajarse tras un día bajo el sol. Aunque el acceso en verano requiere pago de estacionamiento, su belleza y servicios, como duchas, restaurante y club náutico, hacen que valga la pena la visita. Además, la presencia de una estatua de Ava Gardner añade un toque de glamour e historia, recordando su visita a la zona en la década de 1950​.